La desigualdad económica y social del país lleva a la delincuencia a una cantidad enorme de jóvenes, que fruto de la desesperanza de nuestro sistema se hallan atrapados en una espiral que los lleva a delinquir. Encima de esto la falta de relaciones familiares y los embarazos prematuros de niñas menores que dejan a sus vástagos a la buena de Dios o a sus abuelos, que ya no tienen la fuerza y el carácter para mantenerlos a raya.
Las estadísticas de sometimientos policiales a menores son alarmantes. Los números indican que cada tres horas un adolescente es sometido a la justicia por cometer una infracción a la ley penal.
La policía a desatado una ola de matanzas a diestras y siniestras a los menores jóvenes que tienen una larga lista de fechorías, pero lamentablemente esta no es la solución, pues por cada uno que matan surgen 10 jóvenes que crecen en condiciones peores y propias para ser aun mas delincuente que el que han asesinado.
La delincuencia juvenil es un fenómeno social que pone en riesgo la seguridad pública de la sociedad dominicana, así mismo va contra las buenas costumbres ya establecidas por la sociedad por lo que el gobierno debe buscar una solución.
Muchas personas que andan en sus lujosas jeepetas, condominios y apartamentos cerrados se han dado cuenta de que esto no los protege de la delincuencia juvenil.
